lunes, 18 de mayo de 2015

LAS “MARAVILLAS” DE DENDERA

Cuando uno viaja a Egipto, hay muchos lugares fantásticos, maravillosos y emblemáticos. Uno de los que tuve la ocasión de visitar, fue el templo de Dendera. Este templo está dedicado a la diosa Hathor, y se considera uno de los mejores preservados de todo Egipto.
Personalmente hay dos elementos que me impresionaron de forma muy diferente a lo que podemos encontrar en otros templos egipcios, uno fue el zodiaco que se encontraba en uno de los techos de dicho templo, y que fue desmontado a principios del siglo XIX para ser llevado al museo del Louvre.
El otro está entrando por unas pequeñas cancelas y descendiendo a las entrañas del cálido desierto egipcio, nos encontramos las llamadas “lámparas de Dendera” cuya polémica sigue aún en vigor en muchos foros, siendo para algunos la representación inequívoca de una tecnología desconocida y que se ha perdido en la noche de los tiempos y para otros la representación del dios Hor sematauy «Horus unificador de las Dos Tierras». Sea cual fuere la explicación, y no entrando desde luego en ninguna polémica, lo que sí llama la atención es que hace 3500 años unos seres humanos similares a nosotros, pero con unos medios muchos más restringidos, fueron capaces de poder diseñar de una forma tan precisa esos relieves. Ya sea que demos rienda a nuestra imaginación o que nos atengamos al explicación más ortodoxa, la visión de dichas figura hacen, al menos para mí, que surja la admiración por este pueblo milenario.

La imagen que se encuentra debajo, tuve ocasión de realizarla en ese lugar que apenas pueda medir un metro de alto por varios metros de largo, una estructura tubular de ángulos perfectos en la más absoluta oscuridad, si no fuese por la luz de nuestras linternas, y que presuntamente sus autores, tuvieron que realizar con cierto tipo de iluminación que no dejase ninguna marca de quemadura ni hollín en sus paredes. Para mí toda una obra de arte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario